TOMADO DE COLECTIVO PANAMA PROFUNDO

Edición 10 de noviembre de 2008

Vergonzosa la gestión ambiental del gobierno PRD

¿Qué hay detrás del creciente desastre ambiental en Panamá? Todo apunta a la realización de grandes negociados de altas figuras gubernamentales y privadas comprometidas hasta los tuétanos con el desastre ambiental que destruye, ciudades, playas, islas, ríos y montañas.

Resulta evidente que el desorden en la construcción ha cegado la vida de panameños, destruido barriadas enteras, causando enormes inundaciones y gran deterioro en la calidad de vida en todas las ciudades.

Por delante y por detrás del desastre ambiental que sufre la gente y todo el territorio panameño, marchan el lucro y la avaricia. A su paso de muerte, queda la estela de sobornos y violaciones a leyes y decretos que parecieran hacerse sólo para el consumo de la comunidad internacional, así se simula que, en Panamá se respetan los ecosistemas.

Las autoridades predican un discurso demagógico, tratando de tapar, con palabras bonitas y piropos sobre el ambiente, la espantosa realidad de destrucción que toma fuerza en todos los ámbitos del territorio y de la vida de los panameños.

La estafa de la ampliación del Canal de Panamá , un negocio de las constructoras controlado por los nuevos oligarcas que han hecho de la ACP un “estado libre asociado”, representa el proyecto insigne de todos los poderes en el país. Obispos, diputados, ministros, empresarios y politiqueros han alabado la ampliación del Canal, fundamentada desde el inicio, sobre una montaña de mentiras y triquiñuelas. La fenecida Ley 44 y su proyecto de inundaciones, embalses y represas es una prueba contundente de la falta de transparencia y de la interesada improvisación con que la oligarquía viene manejando a su antojo la Autoridad del Canal de Panamá.

Los nuevos “zonian” controlan la ACP y la ampliación del Canal como si fuese un negocio privado de sus compañías de construcción. En la ACP , los altos funcionarios siguen enriqueciéndose y disfrutando de enormes privilegios como lo hacían los norteamericanos que impusieron la colonia y las 14 bases militares en el territorio nacional.

Junto a la estafa de la ampliación que, todos los días hace más ricos a la rosca de los nuevos “zonian” -endeudando y empobreciendo cada vez más a las mayorías nacionales- se encuentra la estúpida promoción gubernamental de la minería a cielo abierto y de la construcción de represas en todo lo ancho y largo del territorio nacional.

Por encima de la montaña de mentiras que las autoridades y sus poderes cómplices promueven dentro y fuera del país, para estafar a la población y atraer a supuestos inversionistas al frente compañías mafiosas y tracaleras, se levanta el clamor nacional desde ciudades y montañas denunciando y enfrentando la voracidad de un sistema que está gestando su propia destrucción.

La evidente actuación ECOCIDA de los gobernantes y sus poderes son los primeros responsables de las absurdas políticas que causan el agotamiento y la destrucción de los ecosistemas. La criminal actuación de los gobernantes está minando el derecho a la paz y la tranquilidad de la ciudadanía. La gran violencia -la institucionalizada- es la única responsable de la violencia social que se desborda en el país.

La venida a la ciudad de Panamá de las comunidades campesinas e indígenas afectadas por la minería a cielo abierto, mejor conocida como la industria de la muerte, por una parte nos muestra toda la reventazón que promueven y consienten las autoridades; y por la otra, la dignidad del pueblo-pueblo de Panamá; de gente humilde, campesinos e indígenas, que claman por su derecho a la vida y a la tierra en donde han trabajado por varias generaciones. Bien nos dice José Martí que: “VER UN CRÍMEN EN SILENCIO, ES COMETERLO”. En este caso, no se trata solo del crimen a las comunidades y los ecosistemas sino el crimen de la Nación y la Patria panameña en donde vivimos todos.

Colectivo Panamá Profundo

Para más sobre este tema visite: www.panamaprofundo.org



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