La perversión del poder
La opresión que vivimos la inmensa mayoría de los habitantes del istmo como resultado de los monopolios es repugnante.
Miguel Antonio Bernal
LOS ÚLTIMOS tres años de Gobierno han contribuído enormemente a la perversión del poder. Su resultado inmediato lo podemos observar en la creciente degradación del denominado sistema democrático y la política de exclusión de la participación ciudadana. Nunca antes tantos ciudadanos habían sido víctimas del "histérico y visceral bloqueo que practican los intereses que hoy controlan la sociedad".
Sin pasar por alto los permanentes ataques a las, ya de por sí, limitadas libertades democráticas, con la utilización de los Órganos del Estado como arma política de persecución en el terreno de los Derechos Humanos, la flagrante violación de los Derechos económicos y sociales de la población panameña se ha convertido en la tarjeta de presentación de los desalmados que asumen las principales tareas gubernamentales.
Prueba de la anterior es el aumento permanente de los artículos de primera necesidad, de la llamada "canasta básica" y que tiene al pueblo panameño marcando alto en las estadísticas de la pobreza, la marginalidad, la desnutrición, la perversa distribución de riquezas. La opresión que vivimos la inmensa mayoría de los habitantes del istmo como resultado de los monopolios es repugnante. Letra muerta es el mandato constitucional, en el que se señala:
Artículo 284: El Estado intervendrá en toda clase de empresas dentro de la reglamentación que establezca la Ley, para ser efectiva la justicia social a que se refiere la presente constitución y en especial, para los siguientes fines:
1. Regular por medio de los organismos especiales las tarifas, los servicios y los precios de los artículos de cualquier naturaleza y especialmente los de primera necesidad.
2. Exigir la debida eficacia en los servicios y la adecuada calidad de los artículos mencionados en el aparte anterior.
3. Coordinar los servicios y la producción de artículos.
La Ley definirá los artículos de primera necesidad.
Para rechazar la dinámica antipopular del Gobierno, ciudadanos panameños, y organizaciones cívicas, gremiales, profesionales, sindicales, reunidas en la Ciudad de Penonomé, el pasado sábado 25 de agosto de 2007, han emitido la "Declaración de Penonomé", que reproduzco como un aporte a la necesaria manifestación ciudadana que debe darse en defensa de nuestros derechos como ciudadanos y como consumidores ante la perversión del poder:
"Considerando:
1. Que las empresas de servicios públicos, hoy en manos de inversionistas extranjeros inescrupulosos, vienen desangrando impunemente la economía de la casi totalidad de los hogares panameños.
2. Que la administración de estas empresas, radica única y exclusivamente en los poseedores del 49% de las acciones, desconociendo arbitrariamente a los depositarios del 51% restante, que somos los nacionales panameños.
3. Que el Gobierno Nacional, sobre todo las autoridades encargadas de imponer respeto a los derechos de los usuarios, actúan más bien como cómplices de estas empresas que como garantes de una política comercial decente.
4. Que dichas empresas, sin fundamento constitucional y desconociendo disposiciones legales vigentes, con la complicidad de la Autoridad de los Servicios Públicos, cometen todo tipo de abusos, incluyendo la estafa y el robo descarado; convirtiéndonos en víctimas de sus atracos, en vez de tratarnos como legítimos dueños y usuarios.
5. Que estas empresas, no sólo eran rentables, eficientes y económicas, sino que además, contribuían al desarrollo nacional, permaneciendo sus dividendos en el país, contrariamente a lo que ocurre ahora.
6. Que la insaciable voracidad de estas empresas extranjeras aunado a la silente complicidad del gobierno, lo único que puede garantizar es el saqueo a perpetuidad, mediante el abuso y los excesos.
Resuelve:
1. Exhortar a todas las organizaciones del país, a analizar y debatir el tema con sus afiliados; así como a todo el pueblo panameño, a sumarse a esta lucha cívica por la decencia y el respeto a la ciudadanía.
2. Iniciar una campaña pública de concienciación y conjuntamente una movilización nacional para recuperar el 49% de las acciones de estas empresas, para disponerlas al servicio del pueblo panameño, su único y verdadero dueño".
Pretender distraer la opinión pública con el tema de Noriega, quien -no olvidemos- fuese el venerado líder político y espiritual de los hoy gobernantes, intentar confundir con la rotación de un desgastado y desprestigiado gabinete, o arreciar la persecución política contra quienes disienten, no creo que logren desviar la necesaria atención y acción ciudadana contra la perversión del poder y su cerro de corrupción.
La Declaración de Penonomé expresa no sólo el sentir nacional, es también un campanazo más del despertar ciudadano.
fin del artículo.
El mismo se reproduce con la debida autorización de su autor.
La opresión que vivimos la inmensa mayoría de los habitantes del istmo como resultado de los monopolios es repugnante.
Miguel Antonio Bernal
LOS ÚLTIMOS tres años de Gobierno han contribuído enormemente a la perversión del poder. Su resultado inmediato lo podemos observar en la creciente degradación del denominado sistema democrático y la política de exclusión de la participación ciudadana. Nunca antes tantos ciudadanos habían sido víctimas del "histérico y visceral bloqueo que practican los intereses que hoy controlan la sociedad".
Sin pasar por alto los permanentes ataques a las, ya de por sí, limitadas libertades democráticas, con la utilización de los Órganos del Estado como arma política de persecución en el terreno de los Derechos Humanos, la flagrante violación de los Derechos económicos y sociales de la población panameña se ha convertido en la tarjeta de presentación de los desalmados que asumen las principales tareas gubernamentales.
Prueba de la anterior es el aumento permanente de los artículos de primera necesidad, de la llamada "canasta básica" y que tiene al pueblo panameño marcando alto en las estadísticas de la pobreza, la marginalidad, la desnutrición, la perversa distribución de riquezas. La opresión que vivimos la inmensa mayoría de los habitantes del istmo como resultado de los monopolios es repugnante. Letra muerta es el mandato constitucional, en el que se señala:
Artículo 284: El Estado intervendrá en toda clase de empresas dentro de la reglamentación que establezca la Ley, para ser efectiva la justicia social a que se refiere la presente constitución y en especial, para los siguientes fines:
1. Regular por medio de los organismos especiales las tarifas, los servicios y los precios de los artículos de cualquier naturaleza y especialmente los de primera necesidad.
2. Exigir la debida eficacia en los servicios y la adecuada calidad de los artículos mencionados en el aparte anterior.
3. Coordinar los servicios y la producción de artículos.
La Ley definirá los artículos de primera necesidad.
Para rechazar la dinámica antipopular del Gobierno, ciudadanos panameños, y organizaciones cívicas, gremiales, profesionales, sindicales, reunidas en la Ciudad de Penonomé, el pasado sábado 25 de agosto de 2007, han emitido la "Declaración de Penonomé", que reproduzco como un aporte a la necesaria manifestación ciudadana que debe darse en defensa de nuestros derechos como ciudadanos y como consumidores ante la perversión del poder:
"Considerando:
1. Que las empresas de servicios públicos, hoy en manos de inversionistas extranjeros inescrupulosos, vienen desangrando impunemente la economía de la casi totalidad de los hogares panameños.
2. Que la administración de estas empresas, radica única y exclusivamente en los poseedores del 49% de las acciones, desconociendo arbitrariamente a los depositarios del 51% restante, que somos los nacionales panameños.
3. Que el Gobierno Nacional, sobre todo las autoridades encargadas de imponer respeto a los derechos de los usuarios, actúan más bien como cómplices de estas empresas que como garantes de una política comercial decente.
4. Que dichas empresas, sin fundamento constitucional y desconociendo disposiciones legales vigentes, con la complicidad de la Autoridad de los Servicios Públicos, cometen todo tipo de abusos, incluyendo la estafa y el robo descarado; convirtiéndonos en víctimas de sus atracos, en vez de tratarnos como legítimos dueños y usuarios.
5. Que estas empresas, no sólo eran rentables, eficientes y económicas, sino que además, contribuían al desarrollo nacional, permaneciendo sus dividendos en el país, contrariamente a lo que ocurre ahora.
6. Que la insaciable voracidad de estas empresas extranjeras aunado a la silente complicidad del gobierno, lo único que puede garantizar es el saqueo a perpetuidad, mediante el abuso y los excesos.
Resuelve:
1. Exhortar a todas las organizaciones del país, a analizar y debatir el tema con sus afiliados; así como a todo el pueblo panameño, a sumarse a esta lucha cívica por la decencia y el respeto a la ciudadanía.
2. Iniciar una campaña pública de concienciación y conjuntamente una movilización nacional para recuperar el 49% de las acciones de estas empresas, para disponerlas al servicio del pueblo panameño, su único y verdadero dueño".
Pretender distraer la opinión pública con el tema de Noriega, quien -no olvidemos- fuese el venerado líder político y espiritual de los hoy gobernantes, intentar confundir con la rotación de un desgastado y desprestigiado gabinete, o arreciar la persecución política contra quienes disienten, no creo que logren desviar la necesaria atención y acción ciudadana contra la perversión del poder y su cerro de corrupción.
La Declaración de Penonomé expresa no sólo el sentir nacional, es también un campanazo más del despertar ciudadano.
fin del artículo.
El mismo se reproduce con la debida autorización de su autor.
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