martes, 29 de enero de 2008

Panamá: ¿Quién manda aquí?

Es el título que da el Colectivo Panamá Profundo en su sección "Palabra Andante" a un artículo de opinión que nos envía en su mensaje de correo hoy. Por considerarlo importante toda vez que refleja una realidad actual, nos permitimos reproducirlo en este blog.


Panamá: ¿Quién manda aquí?

Superando las películas de horror los medios de comunicación en Panamá están reflejando –pálidamente- el aumento de la delincuencia, la corrupción y los crímenes que diariamente recorren la geografía nacional.

Las bandas organizadas del pandillerismo en los barrios y en las instituciones privadas y públicas cuenta con el apoyo de miembros de los cuerpos de “seguridad” y tiene sus padrinos en instituciones gubernamentales. La maleantería es el distintivo principal detrás de la fachada publicitaria que canta y pinta a Panamá como país “próspero” y en “desarrollo”.

Sometidos a lo que podemos llamar “crecimiento económico endemoniado”, los ciudadanos -todos-, venimos sufriendo el enorme deterioro del ambiente y de las condiciones sociales que nos permiten un vida digna.

Paralelo al desempleo galopante, las mayorías nacionales sufren el alto costo de la vida, la enorme inseguridad ciudadana, el mangoneo de los partidos políticos, y el asalto cotidiano y cuantioso a las arcas del estado. Diputados, Ministros, Magistrados y Obispos trabajan afanosamente para darle credibilidad a un sistema enteramente autoritario y corrupto.

El ser humano ha pasado a segundo, tercer y cuarto lugar en importancia. Aquí lo primero es hacer dinero, no importa como, lo prioritario es hacer y acumular dinero.

En el pregonado “crecimiento económico” del país, sólo crecen los potentados y oligarcas que concentran, cada vez más, las riquezas y las propiedades, acumulando casas sobre casa y tierras sobre tierras. Entre los empobrecidos crece la inseguridad, el desempleo, el hambre, el abandono y el saqueo de todas sus propiedades.

El pueblo, en el campo y en la ciudad, sufre las arremetidas de la voracidad del “crecimiento económico”. Comunidades campesinas e indígenas, son perseguidas, violentadas y acosadas para sacarlas de las tierras en las que han vivido desde siempre. En los barrios populares se venden y alquilan armas a las pandillas juveniles para que se asesinen entre ellos y ajusten todo tipo de cuentas.

Los dueños de los partidos y sus grandes negocios, a demás de hacer las leyes, las tuercen para legitimar sus negociados. Según reportan los propios medios de comunicación, miembros de la PTJ y de la Policía Nacional son contactos eficientes enlistados al servicio del pandillerismo y el narcotráfico. Implicados como contactos en el trasiego de armas y drogas, los medios han dado a conocer detalles de la venta y el alquiler de armas a las pandillas juveniles por parte de los facinerosos y pandilleros en la PTJ.

En Panamá florecen los negocios: La ampliación del Canal, la construcción de hoteles de 5 estrellas, lujosos condominios, minas a cielo abierto, represas e hidroeléctricas, cinta costera, oleoductos y centros comerciales. En cada esquina y en cada comunidad hay una agresión a los ciudadanos proveniente de estos mismos negocios.

Para hacernos creer que somos ciudadanos y que vivimos en democracia. Para que creamos que nosotros mismos somos los responsables de los crímenes contra la población, y de las violaciones que se nos cometen, municipios, empresas y “estudios de impacto ambiental” realizan las nefastas y amañadas “CONSULTAS CIUDADANAS”.

Como bien dice Eduardo Galeano, “Muchos de los grandes negocios promueven el crimen y del crimen viven.”. Esto explica -sin tanta vuelta ni hipocresía- la trama de crímenes en vertiginoso aumento que estamos sufriendo en Panamá.

Colectivo Panamá Profundo.
28.01.2008






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