martes, 5 de febrero de 2008

A PROPOSITO DE LOS CARNAVALES

Hoy tuve oportunidad de leer un artículo que publica en el Colectivo Panamá Profundo el profesor Julio Yao*1. Lo considero especial y por tal razón lo transcribo aquí. No tengo la autorización del señor Yao, pero es que no puedo dejarlo pasar por alto. Entre tanto ya encontré su correo electrónico y le voy a pedir el permiso para reproducir el artículo. Si por cualquier motivo la petición es rechazada entonces lo daré de baja en el blog. También se incluye las décimas que acompañan el artículo.

Llegaron los carnavales

Julio Yao

Las décimas que envío adjuntas fueron escritas en febrero de 1966 y son mis recuerdos de los carnavales en los barrios pobres de Santa Ana, Chorrillo, y Calidonia dos décadas antes. La tragedia carnavalesca hoy es peor que antes, y solamente cambian las formas y las palabras. Hoy recorrí de noche la ciudad y más parece Semana Santa de las que se celebraban antes, es decir, la ciudad está casi desierta. No vi a nadie disfrazado o con máscaras, ni siquiera a los "resbalosos". Estos seudo carnavales no guardan ninguna relación con los carnavales que describen las radioemisoras y televisoras, seguramente pagadas con nuestra plata por la presidencia de la Res Publica a través de Migthoy y la gavilla de cubanos gusanos que controlan a Martín.

Estas últimas nos hablan de unos carnavales como si estuvieran en otro planeta, al punto que Radio FM Corazón 102.5 dice que "los carnavales de Panamá son iguales a los de Río de Janeiro" (¡plop!), que "las gentes se vuelcan con mucha alegría y fervor" por las calles, etc. Pero en mi recorrido por las calles y avenidas me detuvieron en cuatro retenes al menos, de policías, y parecía más un país "en estado de sitio" que en Carnaval.

En los carnavales de antes, casi todos llevaban disfraces; y los menos, máscaras. Los confettis nos llegaban a mitad de las piernas, mientras que, desde los balcones, las gentes arrojaban miles de serpentinas a los marchantes. Era difícil caminar por tanto confetti y tanta gente arremolinada. Así fue cuando Marcela Cucalón era la Reina de los Carnavales en el año 1947. Recuerdo que lanzaba jabones "Palmolive", pasta de dientes "Colgate" y cosas así. Yo apañé un Palmolive en el parque de Santa Ana cuando pasó su carruaje.

También lanzaban cajetas enteras de serpentinas, y cada camión llevaba una banda musical. La melodía que más sonaba era "¡Pescao!", y así se la conocía popularmente, aunque su título real era " La Reina Roja ", una melodía de los años 20. Lo de "pescao" surgió porque, en un momento que interpretaban La Reina Roja, pasaba un vendedor de pescado que gritó, ¡pescao! Y desde entonces la gente grita "pescao" en una pausa que hace la orquesta o banda.


Llegaron los carnavales

(Estampa de los carnavales de 1940/1950 en barrios populares de Panamá)
- Julio Yao -

LLEGARON LOS CARNAVALES
CON SUS COMPARSAS DE HARAPOS.
BAJO ESCANDALOSOS TRAPOS,
MOMO, LLORANDO A RAUDALES.

(1)

El pueblo, que está cansado
de padecer sin reposo,
ansía horas de gozo
en su vivir endeudado.

Y aunque al pobre lo han privado
de cosas elementales,
prefiere gastar sus reales
olvidando sus cadenas
pues, para aumentar sus penas,
LLEGARON LOS CARNAVALES.

(2)

Callará el pueblo su lengua
rumiando infeliz mendrugo,
si bien su eterno verdugo (1)
no descansa ni da tregua.

Irá el rico en una yegua (2)
con su procesión de “sapos” (3)
y al pobre darán sopapos (4)
desde el usurpado lomo: (5)
viene llorando Dios Momo
CON SUS COMPARSAS DE HARAPOS. (6)

(3)

El pueblo, preso de histeria,
se vengará en la avenida.

La rabia con la bebida
se jumarán en su arteria. (7)

En un toldo, la miseria
su danza de esparadrapos (8)
iniciará entre guiñapos (9)
y máscaras de muñecas,
ahogando sus torvas muecas (10)
BAJO ESCANDALOSOS TRAPOS.

(4)

Tras la dicha pasajera
vendrán amargos sabores;
Retornarán los dolores
después que la risa muera.

Las estufas de la espera, (11)
apagados sus fanales, (12)
soñarán con los cereales,
el pan, la carne y la harina,
mientras bebe en la cantina
MOMO, LLORANDO A RAUDALES.

Panamá, Carnavales de 1966.


(1) Verdugo: el hambre, la explotación, el sufrimiento.

(2) En los carnavales de antaño, los ricos, casi siempre los más altos funcionarios, hacían cabalgatas por la Avenida Central y calles aledañas de Calidonia, San Felipe, Santa Ana y El Chorillo, ostentando su riqueza ante los pobres.

(3) “Sapos”: Se refiere a chusma de espíritu cortesano y servil, manzanillos o sirvientes de los ricos y poderosos, que acompañaban a la cabalgata.

(4) Sopapos: bofetadas.

(5) Usurpado lomo: gobierno o poder usurpado por los ricos a los pobres en elecciones usualmente fraudulentas. Los jinetes ven al pobre desde la perspectiva del poder, desde arriba, desde su cabalgadura. El pueblo va a pie.

(6) Harapos: En casi todas las comparsas, mayormente de gente pobre, las personas confeccionaban disfraces con retazos de telas o con lo que encontraran a mano.

(7) Jumarse: emborracharse, embriagarse.

(8) Para confeccionar disfraces y máscaras se empleaba esparadrapos.

(9) Guiñapos: Los más pobres parecían despojos humanos.

(10) Torvas muecas: El dolor del pobre se convierte en muecas, que son una burla de sí mismo, pero que no es visible, no se transparenta, porque permanece escondida “bajo escandalosos trapos”. La aparente felicidad oculta un dolor profundo.

(11) Las estufas de los pobres siempre están a la espera de la comida.

(12) Fanales: Faroles, en este caso se refiere a quemadores de la estufa o bien, estufas de carbón o leña, muy común en la capital hace 60 años.



*1 Analista internacional. Columnista en el diario El Panamá-América, catedrático de Relaciones Internacionales y Derecho Internacional, ex embajador ante la Corte Internacional de Justicia, en NN.UU., y diversos países, miembro del Comité Panameño por la Paz y presidente del Servicio Paz y Justicia en Panamá (Serpaj-Panamá).

Tomado de Panamá Profundo

La imagen de adorno fue añadida por mi.

NOTA: Ya el uso de este artículo en este blog fue gentilmente autorizado por el profesor Yao.
2008-02-06

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