jueves, 16 de agosto de 2007

EDITORIAL DE EL PANAMA AMERICA

Con relación a la situación de confrontación que se está dando en nuestro país entre los obreros de la construcción, hoy leyendo los distintos diarios de Panamá encuentro contrastes grandes en la linea editorial de ellos. Siendo el de el Panamá América el que considero mejor balanceado en su posición con respecto al problema. Aquí les comparto lo leído de dicho editorial.

Abro comillas

Matonismo sindical y la muerte de un obrero


La tragedia sucedida el pasado martes 14 no tiene justificación. Por una parte, tenemos a un sindicato que reclama el monopolio de la representación de los trabajadores de la construcción; por otra, a un grupo sindical que bien pudiera estar constituido por esquiroles; y, finalmente, una fuerza pública ausente.

La protesta organizada por el SUNTRACS el 13 de agosto, en donde hubo armas blancas y heridos, fue el aldabonazo de la tragedia del 14. No sólo eso, sus dirigentes anunciaron en la mañana de ese martes, por varios medios de comunicación social, que irían nuevamente al sitio de obra. No queda claro cuándo el enfrentamiento pasó a agresión física, pero que los obreros del otro sindicato contestaran la andanada de piedras con tiros de arma de fuego, constituye una respuesta desproporcionada a la acción del SUNTRACS. Sin embargo, lo más grave fue que no hubiera en la zona un piquete de la Unidad de Control de Multitudes, lo cual señala una grave omisión de parte de las autoridades.

Osvaldo Lorenzo murió y dejó dos niños en la orfandad. Definitivamente es una muerte injustificable, como también lo sería la instrumentalización de su martirologio por las cúpulas sindicales que lo llevaron a la muerte con su campaña de matonismo sindical.

No es aceptable que un sindicato se trate de arrogar a sangre y fuego el control absoluto del gremio de constructores, tampoco se puede permitir que la respuesta a esta injustificable pretensión sea el homicidio del contrario; muy mal parados quedarán en esto tanto la empresa Norberto Odebrecht, si se comprueba que sus trabajadores eran realmente esquiroles, y las autoridades de policía, si se comprueba que su tardía presencia fue más que negligencia. En una nación civilizada a nadie debe complacer que los violentos se maten entre sí; así mismo, una nación civilizada tampoco puede permitir el matonismo sindical. Para evitar lo uno y lo otro, la sociedad le otorga al Estado el monopolio de la fuerza.

La muerte y el matonismo sindical se pudieran evitar si las autoridades de policía intervinieran oportunamente.



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jueves 16 de agosto de 2007
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Cierro comillas

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