PARA QUE REFLEXIONEMOS
Qué queremos y hacia donde debemos llevar nuestra nación.
Qué queremos y hacia donde debemos llevar nuestra nación.
Estamos en la recta final de una larga contienda electoral, el verdadero día de la encuesta será el próximo 3 de mayo, día en el que todos los panameños debemos acudir responsablemente a ejercer nuestro deber y derecho ciudadano de votar y ese día debemos acudir con la convicción de la enorme responsabilidad que recae sobre nosotros pues debemos escoger a los mejores ciudadanos para que manejen, por los próximos 5 años, el destino de nuestra nación.
Es una tarea importante, pero a la vez muy difícil. Y digo difícil porque nuestro sistema político, a pesar de que decimos vivir en democracia desde hace casi 20 años, no es del todo equitativo ni participativo. En la vida político-partidaria impera aún el caciquismo,y para surgir en los diferentes partidos es imperante tener algún nexo con los eternos dirigentes de los mismos.
Unas elecciones generales no son otra cosa que la apertura de vacantes dentro de la mayor empresa de nuestro país, que es el gobierno, y al parecer esta es la única empresa para la cual es más importante que en tu curriculum pese más las relaciones de amistad con los dirigentes del partido que las ejecutorias y la capacidad comprobada de la persona.
Tristemente en Panamá es más importante haber tenido alguna cercanía, por el motivo que sea, con los dos grandes dirigentes de los años 60 y 70 que tener algún mérito profesional. Es evidente que en nuestro país hay carencia de lideres naturales, y prueba de esto es que aún, en pleno 2009, seguimos evocando la memoria de Omar Torrijos y Arnulfo Arias, y no es que sus gestiones no hayan tenido algún mérito si no que los tiempos han cambiado y debemos ajustarnos a nuestra realidad y de los grandes lideres del pasado debemos tomar las cosas buenas, pero no podemos seguir atados a un figura del pasado cada vez que alguien quiere hacerse de un puesto en época de elecciones.
Que podemos esperar nosotros, los panameños, de nuestro futuro como nación?. Creo que para dar respuesta a esta pregunta, podríamos extendernos mucho escribiendo lo que para cada uno de nosotros podría ser conforme a nuestro punto de vista.
No es fácil llegar a una sola respuesta, pues cada cosa de nuestra vida como sociedad, dependerá del cristal con que la mire el interlocutor. Creo que no sería sorpresa alguna el escuchar, de varias personas, que el origen de nuestros problemas se basa en la clase política, y en los sistemas económicos y de gobierno, que gobierno tras gobierno han venido implementando, en ocasiones siguiendo los lineamientos foráneos que las grandes naciones le imponen a nuestros países tercermundistas.
Ahora bien, póngase a pensar el lector, ¿Cual es la diferencia que existe entre los países del primer mundo y los países en vía de desarrollo?; será su antigüedad, no lo creo pues existen países con mucha mas antigüedad que el nuestro y sin embargo están inmersos en pobreza y miseria. Así podemos seguir buscando otras causas y llegaremos a la conclusión de que la única diferencia está en la educación y en la actitud de sus habitantes, que son la materia prima de todo país.
El día en que nosotros los panameños comprendamos que lo único que nos puede sacar de la pobreza, la miseria y la mediocridad es la educación, será entonces cuando nuestro país empiece a encaminarse hacia un futuro más promisorio.
Estoy convencido que nuestro mayor problema es la actitud de nosotros, los panameños, ante los problemas o mejor dicho los grandes problemas sociales y de desigualdad que existe en nuestro país. De que sirve poner nuestras esperanzas en la clase política?, Siempre nos excusamos echándole le culpa a los políticos y a los partidos políticos, cuando en realidad lo que tenemos que aceptar es que es responsabilidad nuestra como sociedad; después de todo aquellos ciudadanos que viven de la política partidistas y de la esperanza de estar algún día en el gobierno, provienen también de nuestra sociedad y son producto de la educación y de los valores que le hayan sido inculcados en el seno de su familia, y recordemos que la familia es el núcleo de la sociedad.
Tarde o temprano los panameños debemos darnos cuenta que la mejor forma de colocar la primera piedra encaminada a construir una mejor sociedad es precisamente reformando nuestro sistema educativo y estableciendo cuales son los valores morales que queremos que tengan nuestras futuras generaciones. La única forma de salir de la pobreza es mediante la educación y el aumento de la capacidad de producir de nuestros hombres y mujeres.
Solo basta con preguntarnos lo siguiente: en instituciones como el IDAAN, La Policía Nacional, las instituciones de salud, entre otras, de quienes depende su productividad?, no es del jefe de turno que cambia cada 5 años con el nuevo gobierno, no señores su productividad depende de sus funcionarios, muchos de los cuales están ahí gobierno tras gobierno, y simplemente se han acomodado y acostumbrado a un sistema publico en el cual la productividad y la calidad de servicio no son prioridad, y lo que es peor aun, no parecen estar en su enunciado de misión y visión como institución al servicio de la ciudadanía.
Quieren ejemplos, se los puedo dar:
• En los tiempos antes de 1989, los policías impartían mayor autoridad. La gente se cuidaba más de cometer una infracción en la cara de un guardia porque sabía que venía el castigo. Hoy en día los policías no se dan a respetar. Un excelente ejemplo lo tenemos en el tránsito, los conductores de hoy día cometen giros indebidos cuando y donde les da la gana, sin importar si hay o no cerca una unidad de tránsito, y lo que es peor aún, muchos policías en los semáforos ven a las personas cometiendo infracciones en sus caras y se hacen de la vista gorda. Las autoridades tienen deteriorada su autoestima y la ciudadanía ha perdido por completo el respeto por el uniformado. Ahora bien, recordemos algo, el respeto se gana, no se compra ni se impone.
• Para otro ejemplo les podemos mencionar el IDAAN, cuantas veces no escuchamos en la radio personas quejándose de X ó Y tubería o tanque que tiene semanas o meses botando agua; y las cuadrillas de mantenimiento brillan por su ausencia.
Estos funcionarios siempre encontrarán una excusa, pero personalmente he visto hidrantes botando agua cuya solución es simplemente cerrar la llave del mismo, y ahí lo ves que pasan días y semanas mientras se aproxima alguien a hacer algo.
Como estos, estoy seguro que podemos encontrar ejemplos en cada una de las instituciones de nuestro país, y lo mas triste es que muchos de los funcionarios, pareciera no importarle ni con los recursos del estado ni con los contribuyentes que son los que al fin y al cabo pagamos sus salarios. El estado es la única empresa en la cual a sus dueños, que somos todos los panameños, no se les toma en cuenta y se les da un trato pésimo.
Todo esto es cuestión del sistema, al cual hay que hacerle una verdadera reforma integral. Nuestro sistema de gobierno no promueve ni exige la productividad de sus trabajadores y esto debe cambiar si queremos construir un mejor país. Miremos por ejemplo USA, a pesar de todo lo que pudiéramos criticarle por su injerencia en la política de nuestros países, no podemos negar que sus sistema funciona, allí pudiéramos poner a gobernar a un equino o a un primate y el sistema sigue funcionando, sobre todo en la parte de servicios y protección a sus consumidores.
Por qué nos cuesta tanto imitar las buenas cosas que se hacen en otros países más desarrollados que el nuestro, donde ya han solucionado muchos de los problemas que nos aquejan?, pareciera que nos gusta, como se dice popularmente, estar siempre queriendo inventar la rueda o descubrir el agua tibia.
En Panamá tenemos un claro ejemplo de lo que es adoptar y utilizar un sistema importado y esto lo podemos ver en el manejo de la ACP. Es un sistema heredado por años de los Estadounidenses, que los panameños hemos adoptado y tal vez mejorado y que mantiene al Canal de Panamá funcionando como una empresa productiva y eficiente, y pagando excelentes salarios a sus colaboradores. Esto es algo que deberíamos tratar de tener en todas las instituciones del estado; un sistema con buena remuneración y con una excelente productividad en beneficio de todos los asociados que somos todos los panameños.
En estos momentos, nos encontramos inmersos en una contienda electoral que, por el tamaño de nuestra población, no se justifica ni el tiempo ni el dinero que hay que invertir en una campaña en nuestro país.
El gobierno es la única empresa a la cual los aspirantes a ocupar una vacante (cada 5 años) mienten y prometen descaradamente en sus curriculum y planes de trabajo, para después no cumplir y simplemente no ha pasado nada. Somos malos electores pues no analizamos los curriculum ni la capacidad de la persona que aspira a que le demos un trabajo en el gobierno, simplemente aquí el más popular tiene ventaja, aunque sea un completo inepto como profesional.
Me causa molestia, por no decir otra cosa, ver como de campaña en campaña, los eslogan parecen salir de un mismo creador publicitario; parece que si no tienes sobrenombre no eres apto para la política. Como es eso de que fulano, “el(la) hijo(a) de ……….”. Y últimamente, para variar, resulta que tiene mayor mérito para ser diputado alguien que sale en radio, o que sea presentador de algún programa de televisión lo cual, sin desmeritar su profesión, no implica que sea apto para una diputación; volvemos a lo mismo, el más popular tiene más peso que un profesional con mayor capacidad para el puesto.
Recientemente vemos que los movimientos obreros se han tratado de unificar en el gremios nuevos por el llamado a un cambio social (no quiero mencionar nombres pues no pretendo criticar a un gremio o dirigente en especial). Yo estoy a favor de la organización sindical pues el obrero siempre es la parte mas débil en la relación laboral,sin embargo en nuestro país no veo que los gremios sindicales hayan servido para nada más que para asegurar una vida holgada a sus eternos dirigentes, es decir asegurarles trabajo y sustento. En este país al único que le esta prohibida la reelección es al presidente, pero analicemos los sindicatos, en su mayoría sus dirigentes son los mismos desde hace varias décadas, son como el comité olímpico de la política criolla.
Quienes son los principales detractores de los cambios?, si hablamos de reforma educativa, son los gremios magisteriales; si hablamos de reformas al sistema de salud, son los gremios médicos; si hablamos de reformas al sistema de transporte, son los gremios transportistas; si hablamos de reformas al sistema judicial, son los gremios defensores de los derechos humanos y una que otra ONG que defiende no se a que ciudadano. Estos cuatro ejemplos que he mencionado, todos estamos de acuerdo que necesitamos reformarlos para mejorar el servicio prestado a la ciudadanía, sin embargo sus principales actores defienden el status quo y al final todo termina en crear comisiones especiales que bien sabemos que si se quiere distraer a la opinión pública y no resolver las cosas, lo mejor es crear una comisión, pues al final los panameños somos cortos de memoria y olvidamos todo.
Solo le pido a DIOS que en esta próximas elecciones nos de la sabiduría de escoger a los mejores, y siento que para que este país avance, necesitamos cambios muy profundos, algunos impopulares de seguro pero necesarios, y para ellos siento que, como dicen los abogados, necesitamos gobernantes que manejen la cosa publica CON LA DILIGENCIA DE UN BUEN PADRE DE FAMILIA.
Un buen padre de familia, no trata a todos sus hijos por igual; el vela por el bienestar del hogar, pero sabe que tiene hijos con menores habilidades y aptitudes que otros y a esos los ayuda más. Esto, aplicado a la vida empresarial, haría necesariamente que volviéramos al sistema de Renta en el que la empresa pagará según su facturación, y es que no es lo mismo quitarle un 30% de sus ganancias a una PYME, que necesita capital para crecer, que quitárselo a una empresa grande.
No es justo ver muchos extranjeros que, por décadas, no cumplen con la legislación laboral panameña, como son lo casos típicos de las lavanderías, tiendas y "mini-super", esto en detrimento del nacional.
Hay mucho que se podría escribir sobre nuestros problemas y nuestra debilidades como nación y lo cierto es que es hora de que tomemos conciencia para reformar lo que sea necesario para empezar a construir un mejor país para la futuras generaciones.
Señores, el cambio inicia en nosotros mismos, empecemos a ser mejores cristianos, mejores ciudadanos, mejores padres, mejores hijos y con el tiempo haremos que nuestra sociedad tenga mejores valores que al final de cuenta nos traerá una mejor calidad de vida para la familia panameña.
Escrito por: Ing. Jairo Isaac Sandoval
El autor es un joven panameño profesional de la ingeniería y se desempeña en la industria de la construcción, en nuestro país.
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1 comentario:
Excelente comentario, creo que está a tiempo para que lo haga público en el diario la prensa como artículo de opinión.
Propongo además que reforcemos estas ideas en las distintas disciplinas profesionales creando un grupo de avanzada.
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