Esta tecnología permite utilizar un dibujo como clave y puede usarse en dispositivos con funciones táctiles. El objetivo es evitar las complejas y largas combinaciones de caracteres.
El profesor Yan, explica que lo fundamental de una contraseña es que sea difícil de descubrir por otras personas, pero que además resulte fácil de recordar.
Precisamente para no olvidarlas, señala el profesor, las personas suelen utilizar claves de caracteres demasiado sencillas y fáciles de averiguar. El nuevo sistema acabaría con este problema.
Los que participaron en las pruebas del sistema crearon claves que resultaron miles de veces más seguras que aquellas claves ordinarias de texto. La mayoría de los probadores encontraron que eran más fáciles de recordar.
Los investigadores esperan ahora examinar el potencial del sistema para ayudar a las personas con problemas de lenguaje, tal como la dislexia, anuncia también el comunicado.
El profesor Yan estará presentando sus análisis ante
Créditos
Foto tomada de la página de Newcastle University
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