viernes, 4 de abril de 2008

LA EMBRIAGUEZ DE LAS ENCUESTAS
Panamá América, viernes 4 de abril de 2008
Miguel Antonio Bernal
Candidato a la Alcaldía
Alain Garrigou, Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Paris X Nanterre, autor de diversas obras como La política y la historia (1997), Las elites contra la República (2001) y una Historia Social del sufragio universal en Francia 1848-2000 (2002), acaba de editar en Chile, su más reciente producción: L’ivresse des sondages , que lleva en español el título que sirve a este artículo.
La traducción de Hernán Soto para la Editorial LOM (www.lom.cl <http://www.lom.cl> ) le permite a los lectores de la lengua castellana y, particularmente a los latinoamericanos, además de conocer este extraordinario trabajo de investigación y análisis, contar con una obra que cuestiona al más sofisticado, equívoco y manipulador de la política: las encuestas.
En Francia, al igual que en Estados Unidos de América y en muchos otros países por lo menos, las encuestas han llegado a conformar una especie de verdad, aunque frecuentemente se equivoquen. En ninguna parte se hacen tantas encuestas políticas, y en ninguna parte es tan importante su rol, según afirma, como en Francia. De ahí que la obra de mi apreciado amigo y compañero de aulas universitarias, viene a ser de suma utilidad para todos los que en Panamá constatamos el valor y la jerarquía que, a algunos, les interesa darle a las encuestas de opinión en materia de política electoral. Cada página nos enseña a tener meas malicias frente a estas actoras.
Dado que para los encuestadores, todo crítico de las encuestas es incompetente por naturaleza, la obra generó en Francia una viva polémica, que está lejos de concluir. La obra de Garrigou utilizó como contexto la contienda electoral que se dió en el hexagono francés durante el período 2006-2007. Hasta el cierre de su estudio, Nicolas Sarkozy -afirma el autor- "llevaba años aplicando una estrategia de conquista de su partido mediante la práctica sistemática de anuncios destinados a la opinión pública, a través de la prensa y las encuestas. Su apuesta fue tan exitosa que la continúa ahora desde el poder como si no hubiera mayor diferencia entre conquistar votos y gobernar".
La embriaguez de las encuestas desnuda, de manera didáctica, científica y documentada las relativamente sutiles ligazones entre las empresas encargadas de las famosas mediciones, y los grupos de poder. "Debido a la prensa, el dinero y la política, las encuestas han ganado la fuerza social de la ubicuidad. Es muy difícil escapar a su presencia obsesionante", comenta Garrigou.
Las encuestas -escribe Garrigou- son una parodia de la ciencia. Son arrogantes. Fabrican una opinión que no existía antes de ellas. Y, en consecuencia, la política es moldeada por un instrumento que se hunde cada vez más en la fabulación. Ojala aprendamos y nos embriaguemos…con las encuestas!

Este artículo fue recibido en nuestro buzón de correo electrónico.
Se reproduce con la autorización adelantada de su autor.

El autor es catedrático en la Universidad de Panamá



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